Septiembre es el mes de la vuelta al cole, del fin de las vacaciones y también, del fin del verano. Este mes del año significa, para muchos, el inicio de un ‘nuevo año’ por la vuelta a la rutina, pues muchas personas vuelven a sus puestos de trabajo después de varias semanas de desconexión.
Durante las vacaciones es habitual que quienes vivien en el interior de la península se trasladen a sus pueblos o a la costa, ya sea del norte, del sur o del mediterráneo. Una costumbre habitual en la búsqueda de un lugar fresquito, con la playa como mejor fórmula para evitar el calor y relajarse lejos de casa.
Ahora, los que aún no lo han hecho tienen que decir adiós a sus destinos vacacionales y regresar a sus hogares habituales, que normalmente suele coincidir con ver las grandes ciudades llenas de gente otra vez. Esto además de tener otras consecuencias, supone que los supermercados rescaten a los clientes habituales de antes del verano, y que los de los lugares turísticos se vayan vaciando poco a poco.
Este proceso es lo que da nombre a la ‘operación despensa’, que se refiere al aumento de personas que se prevé que haya en los súpers de los lugares que no son vacacionales y a los que está volviendo mucha gente. Pues, según datos de la DGT, en este verano se han producido hasta 95 millones de desplazamientos de largo recorrido.
Así, los supermercados y empresas de distribución alimentaria, muchas de ellas dentro de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), se preparan para «responder a la demanda extraordinaria de productos de alimentación que tendrá lugar durante esos pocos días», según afirma este organismo.
¿Qué productos se demandan más en la ‘operación despensa’?
Este proceso de reajuste y redistribución de lugares de consumo y de flujo de clientes supone que se tengan que trasladar los recursos de la costa al interior, así como reforzar los productos que se prevé que van a tener más demanda. Según recoge Asedas, los principales serán las legumbres, que llevan registrando un incremento de ventas de casi un 50% respecto a meses anteriores.
Dspués, los consumidores suelen llenar sus despensas y frigoríficos con las «carnes frescas más comunes –vacuno, pollo y cerdo– y transformadas –salchichas-; mientras que, en lo referente al pescado, optan mayoritariamente por el congelado. En cuanto a las frutas y hortalizas, se deja sentir el fin de la temporada de verano, y los consumidores incrementan el consumo de productos utilizados como base en la cocina, como pimientos, zanahorias, calabacines o puerros. Además, no faltarán otros básicos como la leche, el queso, el aceite, los huevos, el azúcar, las harinas o la pasta», se indica desde la entidad.
Junto a estos procesos, las empresas de distribución y sus estructuras también tendrán que adaptarse al final de temporada alta en los hoteles, restaurantes y pequeños supermercados costeros y más turísticos, además de seguir abasteciendo a los que se mantengan abiertos y dando servicio en los próximos meses, aunque con mucho menos volumen de venta.