A la nave espacial Starliner se le acumulan los retrasos y los aplazamientos por problemas técnicos: la NASA suspendió este sábado por sexta vez el que tiene que ser el primer vuelo tripulado del satélite artificial que desarrolla la empresa Boeing Space. El lanzamiento se interrumpió cuando faltaban menos de cuatro minutos para el despegue previsto desde Caño Cañaveral (Florida, Estados Unidos) rumbo a la Estación Espacial Internacional (ISS), con los astronautas Barry ‘Butch’ Wilmore y Sunita Williams a bordo.
El cohete Atlas V con la nave Starliner CST-100 en su cúspide tenía previsto alzar vuelo a las 12.25 horas (18.25 horas de España), pero la cuenta atrás de la misión se detuvo de forma automática a tres minutos y 50 segundos del lanzamiento. La NASA explicó en X (antes Twitter) que el secuenciador de lanzamiento en tierra «halló anomalías« y, en consecuencia, activó una parada automática. Posteriormente, trascendió que una avería afectó a uno de los tres ordenadores de despegue del artefacto.
«Estuvimos muy cerca, el equipo es muy profesional y cuando estemos listos para despegar, despegaremos«, señaló horas después Mark Nappi, vicepresidente de Boeing Space y jefe del programa de vuelos comerciales tripulados de la compañía. «Sé que es decepcionante porque estábamos muy emocionados, pero así es el espacio. Llevo 37 años en esto y cada vez que tienes un cohete en la plataforma de lanzamiento existe la posibilidad de que tengas que abortar el despegue», reconoció Steve Stich, jefe del programa de vuelos comerciales de la NASA.
Años de retrasos y competencia con Elon Musk
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El primer lanzamiento con astronautas a bordo estaba previsto para el pasado 6 de mayo, pero la ‘misión CFT’ (por las siglas en inglés de ‘Crew Flight Test’, prueba de vuelo con tripulación en castellano) se vio frustrada a dos horas de despegar por fallos en una de las válvulas del cohete lanzador, el Atlas V.
Hasta ahora, la nave reutilizable con capacidad para siete personas ha completado dos vuelos sin tripulación, uno en 2019 con el que no llegó a la Estación Espacial Internacional como estaba previsto por problemas de ‘software’ y de ingeniería, y otro en 2022 donde sí cumplió sus objetivos: se acopló correctamente en la ISS, transportó suministros y equipos de la NASA y se mantuvo cinco días en el laboratorio orbital.
Aun así, el proyecto del gigante aeroespacial estadounidense acumula años de retrasos y el de este sábado es otro traspié en su carrera espacial, pero también empresarial: de tener éxito, obtendría las certificaciones necesarias de la NASA con miras a operar como un segundo proveedor de transporte de carga y tripulación a la ISS. El primero en conseguirlo fue Space X, la compañía de Elon Musk, con su nave Crew Dragon, que realizó su primer vuelo con astronautas a bordo en 2020. Además, ambos proyectos no solo tienen entre ceja y ceja llevar turistas al espacio, sino que formarán parte del programa de tripulación comercial de la agencia espacial.
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Nuevo intento: el miércoles o el jueves
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De haber podido resolver el fallo con el ordenador de despegue, la NASA y Boeing habrían podido intentar otro despegue este mismo domingo a las 12.03 horas en Estados Unidos (18.03 horas en España). Sin embargo, ya han anunciado que no será así. Las nuevas ventanas de lanzamiento están previstas para el miércoles, 5 de junio, y el jueves, día 6, aunque todavía no hay confirmación al respecto.