El peligro inminente del cierre de colegios privados en Provincia de Buenos Aires dejó de ser tan solo un escenario hipotético. Si bien hay muchas comunidades de instituciones privadas que siguen luchando por la persistencia de sus colegios, otros no corrieron la misma suerte. Entre ellos, está el Colegio Niño Jesús de Praga, en Olivos, un instituto que cumpliría 90 años en 2024.
«Nuestro Colegio Niño Jesús de Praga, viene afrontando momentos difíciles desde hace algunos años. Tanto el cuerpo directivo, el personal docente y auxiliar así como también madres, padres y alumnos fuimos brindando lo mejor para nuestra escuela. Sin embargo, la realidad y las dificultades económicas, tanto institucionales como del país, nos exigen tomar decisiones en pos de la educación de nuestros alumnos y la sustentabilidad del Colegio».
Esas palabras escritas en un documento fueron las que llegaron a las casillas de mail de todas las familias que conforman la comunidad educativa del Praga, un colegio parroquial subvencionado que tiene más de 400 alumnos entre tres niveles.
Ese comunicado se difundió el 5 de octubre. A ese mismo mail, desde hacía meses llegaban correos que avisaban de nuevos (y constantes) aumentos en las cuotas.
Vale aclarar que hubo acuerdos entre el gobierno nacional y las cámaras de colegios privados con el fin de fijar topes de aumentos de las cuotas en la primera mitad del año: en marzo, se planteó una suba límite del 16,38%; en abril, mayo y junio se estableció un sendero de subas del 3,35% mensual.
Sin embargo, el contexto económico y los acuerdos de paritarias docentes -más los bonos- complejizaron el escenario que ahora atraviesan los privados con y sin subvención en el país.
La última suba que aprobó la Dirección de Educación de Gestión Privada de la Provincia de Buenos Aires ocurrió en septiembre a raíz de los nuevos incrementos de los salarios docentes y no docentes con una suba del 5,4% retroactivo a septiembre de 2023. Ya tenían previsto un aumento del 9% en las cuotas del mes.
Según sostiene la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de la Provincia de Buenos Aires (AIEPBA), los aumentos autorizados no alcanzarían para que las instituciones paguen sus gastos edilicios, los servicios y el personal docente y no docente.
El documento del Colegio Niño Jesús de Praga propone una «integración» de los niveles inicial y primario al instituto Jesús en el Huerto de los Olivos, ambas instituciones gestionadas actualmente por el mismo grupo educativo dependientes del Obispado de San Isidro, ubicadas a pocos metros una de otra.
Fue el representante del grupo educativo, Alberto Scheinig, quien comenzó a llevar adelante reuniones con los padres para informar los motivos de la decisión.
«Hay un colegio que cierra a nivel primario y a nivel jardín, a la secundaria le dieron un poco más de vida pero no se sabe hasta cuándo. Los motivos son económicos, entendemos que después de la pandemia a todos nos cayó ese tema, pero nos dan a entender que esto viene de hace muchos años y que en algún momento iba a pasar», comentó a Clarín una de las madres del Praga que pidió resguardar su nombre.
La mujer conoce la institución desde su niñez, y gran parte de su familia también se educó ahí, además de sus dos hijos que están en primaria.
«Si nos hubiesen comunicado esto antes, lo primero que se me hubiese ocurrido era ver si se podían unificar las salas. Por ejemplo, hace años hay un solo primero en Praga. Yo creo que se podían haber unido todos los cursos y bajar los gastos, en vez de dos cursos abiertos tenés uno. Está en paralelo el tema de los docentes, que en ese caso pasarían de dar ocho horas a dar cuatro, pero tendrían la posibilidad de salir a buscar otro colegio», reflexionó.
El desconcierto es doble, no solo por la forma en que les fue comunicada esta situación a los padres, sino además porque ahora tienen dos opciones: ajustarse a la propuesta que les ofrecieron y pasar a sus hijos al Huerto con una jornada completa obligatoria que no es la que corre para el Praga (y que para algunas familias representa mucha diferencia monetaria) o salir a buscar vacantes en octubre, a poco de un nuevo ciclo lectivo.
El Praga, a diferencia del Huerto, ofrece jornada completa optativa: a la mañana tiene currículo educativo obligatorio y a la tarde una escuela de inglés optativa.
Para primer grado con jornada completa, el valor de la cuota de octubre del Praga llegó a 120.753 pesos (por un gasto excepcional de este mes por campamento escolar). Para quinto grado con jornada completa, la cifra llegó a 117.613 pesos (a diferencia de primer grado, este curso tiene un gasto complementario en transporte a campo de deportes).
Por eso, para las familias del Praga que solo pagan jornada simple la diferencia sí es notoria. Estarían pasando de pagar 77.381 pesos de cuota de primer grado a pagar 113 mil pesos de cuota en el Huerto, según su última suba del mes de octubre autorizada por la Dirección de Educación de Gestión Privada de la Provincia de Buenos Aires. Son más de 35 mil pesos de diferencia.
«En el Praga no hay comedor así que los chicos tienen que llevar su vianda, que se calienta. En el Huerto es obligatoria la doble jornada. Y la diferencia en la cuota es de 7 mil a 10 mil pesos para los que ya hacían jornada doble en Praga. Pero los que hacían simple la sufrirán más», contó la madre.
Y agregó: «Hace meses que venimos pagando retroactivos docentes, suponemos de las paritarias. Entonces pagamos en octubre el retroactivo de septiembre. Ahora muchos decimos que vamos a tener que agarrar el Huerto para que no separen a nuestros hijos».
Esta tarde los padres decidieron unirse y realizar un abrazo simbólico en la escuela que educó a muchas generaciones de sus familias. Y que ahora cierra ante la impotencia de su comunidad.
«Si me pongo a pensar como una empresa puedo entender que los números no dan, pero tomar la decisión de cerrar una escuela te habla de mucho más. El sentimiento de pertenencia se trasladó dentro de las familias. Siempre se luchó, siempre se recurría a las familias. Ahora todo lo que se haga en el colegio se va a hacer por última vez«, concluye la madre.
Otro drama: los colegios privados sin subvención
El cierre de escuelas de carácter privado, como se dijo, ya dejó de ser hipotético. Recientemente, Clarín relató el gran conflicto de las privadas sin subvención ante la vigencia del decreto 2417/93 que les obligaba a informar los valores arancelarios para el año siguiente antes del 1° de octubre en medio de un contexto inflacionario con una tasa anual del 150%.
Los montos de estos aranceles se regulan desde la Secretaría de Comercio de la Nación. En los últimos tiempos este medio contó la postura negativa de estos institutos en pagar el bono para trabajadores implementado por el Ministerio de Economía.
En Provincia de Buenos Aires, el Instituto Modelo del Sur de Avellaneda ya avisó que cerrará sus puertas en 2024 a través de un comunicado a las familias:
«Razones económicas y financieras nos llevaron a tomar esta difícil decisión. La escuela no llega a cubrir sus costos y mes a mes aumentan sus deudas. Sumado a ello no ha podido recuperar la matrícula necesaria los años posteriores a la pandemia. Asimismo la cantidad de deudores morosos e incobrables resulta otra variable (…) Por lo expuesto la institución ya no cuenta con la espalda económica para sostenerse y continuar funcionando con el nivel de compromiso que la responsabilidad nos ha dado amerita».
Hay otras instituciones privadas e inclusivas que están en la cornisa, con miedo de que ese sea el destino final. Clarín pudo comunicarse con dos de ellas: el Colegio San Francisco Saperi de Monte Grande y la Nueva Escuela Spegazzini de Ezeiza.
El primer instituto cuenta con más de 500 alumnos en sus tres niveles, y ya tuvo que cerrar cinco secciones porque no puede mantener todos los gastos que tiene. Espera, sin éxito desde 2021, una subvención estatal.
«La realidad es que a partir de la pandemia fue irrecuperable la cantidad de matrícula que se fue, las deudas que nos generamos, no recibimos el ATP por una cuestión burocrática. Así que para poder solventar los salarios, que era lo que más nos interesaba, pedimos préstamos bancarios, préstamos amigos, y dejamos de pagar los impuestos porque los impuestos son la mitad de los sueldos», aseguraron a este diario.
«El gobierno ahora lanza los aumentos salariales que se vienen -son tres meses seguidos de aumentos salariales- y sabemos que todos, no solo los maestros, todos se merecen ganar más. Pero si nosotros trasladamos a la cuota los aumentos que se vienen, terminamos en medio en el Río de la Plata, con una piedra en el tobillo», añadieron.
El segundo instituto cuenta con más de 600 alumnos entre los tres niveles, y también está en la misma situación: «Las escuelas privadas siempre intentaron, de alguna forma, que esos aumentos a principio de año ya fuesen de conocimiento de los padres. Pero este año en particular se fueron dando los aumentos mes a mes«.
«El bono que vino a atraer el gobierno realmente ocasionó que los padres plantearan de alguna forma que no podían, que los sueldos de ellos no aumentaban. La escuela, si bien absorbe algunos de los aumentos, se caracteriza por ser una escuela con una cuota muy baja y obviamente cualquier aumento para ellos es mucho«, concluyeron.