El gobierno de Macron pide sanciones judiciales contra la violencia racista, xenófoba y homófoba en los campos de fútbol

El gobierno de Macron pide sanciones judiciales contra la violencia racista, xenófoba y homófoba en los campos de fútbol

Durante un partido clásico entre el PSG y el Olympique de Marsella (OM) que se celebró en el estadio del Parque de los Príncipes, el domingo, varios millares de hinchas del PSG protagonizaron vergonzosas escenas de violencia racista . El partido terminó con un implacable 4-0 a favor del PSG. Resultado deportivo empañado por el comportamiento de los hinchas del equipo local.

Los vídeos grabados por varias cadenas de tv, particulares y organizaciones contra la homofobia, han descubierto a la opinión pública que no siguió el partido, en directo, un espectáculo inquietante: bandas de hinchas gritando a coro insultos de este tipo… «Los marselleses son una banda de maricones que no tienen cojones». «Los mariconazos de Marsella son unos hijos de puta». «Marsellés: nos follamos a tu puta madre». Insultos coreados entre bandas y repetidos entre alaridos «festivos».

Amélie Oudéa-Castera, ministra de Deportes, fue la primera en reaccionar: «Es imposible fingir que no escuchamos, es imposible ignorar esos cantos odiosos de homofobia y racismo. Las autoridades deben intervenir ante la Justicia».

Sin respuesta por parte del PSG

Tras la ministra, Olivier Klein, Delegado interministerial contra el racismo, el antisemitismo y el odio hacia las lesbianas, gays y trans, se apresuró a declarar: «Me he dirigido a la LFP y la dirección del PSG pidiéndoles que presenten querellas ante la justicia, para poder identificar a los culpables de esos delitos, que deben ser castigados». A última hora del lunes, ni el PSG ni la LFP habían reaccionado a las peticiones del gobierno de Emmanuel Macron.

Manifestaciones de odio racial, xenofobia y homofobia se han repetido en unas ocasiones en las gradas de muchos campos de fútbol, al mismo tiempo que continuaban creciendo las manifestaciones de violencia física, apoyadas por organizaciones que rozan lo mafioso.

El penoso espectáculo del domingo pasado, en el parisino Parque de los Príncipes quizá ha alcanzado un techo que el gobierno de Emmanuel Macron considera vergonzoso, para el fútbol y para Francia.