Cualquier diagnóstico de cáncer puede tener resultados espectaculares, pero el cáncer de páncreas lo es aún más. No es posible ver uno de los cánceres más difíciles de tratar, con una tarea de supervivencia muy baja.
¿Cuál es la motivación? De hecho, las células del cáncer de páncreas utilizan la autofagia como mecanismo de regeneración celular que les permite adquirir resistencia ante los tratamientos convencionales y también evitar ser reconocidas y eliminadas por el sistema inmunológico.
El desarrollo de inhibidores de proteínas mutantes. Ien la ruta MAPK, una importante vía de señalización en el crecimiento y la supervivencia celular, representa una gran esperanza en el tratamiento del cáncer en general. Sin embargo, la mayoría de los cánceres de páncreas tienen mutaciones en el generación KRASutilizar autofagia para evitar la acción de estos productos farmacéuticos.
Este es un plan B. Sí, aquí es precisamente donde los científicos estudian los procesos moleculares que regulan la autofagia.
Cada célula de nuestro cuerpo tiene su propio equipo de limpieza, formado por pequeñas vesículas llamadas autofagosomas. estos “limpiadores celulares” Es similar a los robots aspiradores actuales que utilizan diferentes tipos de aspiradores. Vaya al interior de la celda y aspire los desechos y componentes celulares que no funcionan correctamente.
Una vez que los autofagosomas han reconocido los deseos celulares, estos son transportados a una especie de “planta de reciclaje celular”, el isosoma. Todos sus componentes se degradan y reciclan: nutrientes y moléculas esenciales para la piel. Este proceso, conocido como autofagia, es vital para mantener la salud de nuestras células.
Normalmente, es una actividad que se realiza de forma continua, a una intensidad moderada pero eficaz, con el objetivo de reponer material celular a lo largo del tiempo.
Sin embargo, las células tumorales de páncreas, especialmente aquellas con mutaciones en la generación KRAS, son completamente dependientes de la autofagia para sobrevivir y proliferar, utilizando este mecanismo como fuente de nutrientes y energía, absolutamente necesarios para su crecimiento descontrolado.
Etiquetas químicas
Los resultados, publicados recientemente en la revista “Muerte celular y enfermedad” (2023), demostrando que la autofagia está regulada por la metilación de determinadas proteínas. Durante este proceso, un grupo de metales utiliza proteínas en lugares específicos como si fueran una etiqueta química. La etiqueta influye en varios aspectos de la proteína, como su estructura o su capacidad para interactuar con otras moléculas dentro de la célula.
La mezcla de proteínas es muy importante porque permite modificar la forma en que funcionan las células. Por ejemplo, puedes activar o desactivar ciertas mediciones mediante señalización dentro de la célula, o también marcar proteínas para su degradación o eliminación. En concreto, se descubrió que la mutilación de las proteínas PP2A y MRAS era crucial para mantener la actividad autofágica de las células de cáncer de páncreas.
Terapia hipometilizante
Al observar que las catequinas del té presentan una estructura química similar a la de los antibióticos clásicos y no clásicos, nuestro grupo sintetizó moléculas derivadas de las catequinas del té con mayor biodisponibilidad y capacidad para modular la expresión de genes implicados en el metabolismo de la medicina y la metilación celular. Así, nuestro grupo diseñó combinaciones terapéuticas altamente hipometilizantes destinadas a bloquear simultáneamente los ciclos del medicamento y del ácido fólico en las células tumorales.

Observamos que, para reducir los procesos de metilización celular, este tratamiento hipometilizante no sólo inhibe la autofagia, sino que también desencadena un proceso de apoptosis o muerte programada en las células de cáncer de páncreas.
La eficacia de estas terapias se basa en la acumulación intracelular de Molécula de S-adenosilhomocisteína, que actúa como un potente inhibidor de todos los transportadores de enzimas de grupos metálicos. En el caso del cáncer de páncreas, el uso de esta terapia da como resultado una inhibición completa de la autofagia y un desequilibrio en la señalización mediada por KRAS.
Debido a que la autofagia proporciona a las células de cáncer de páncreas la capacidad de adaptarse a diferentes condiciones metabólicas y, al mismo tiempo, promueve la patogénesis y la resistencia a los inhibidores de la vía MAPK, nuestro tratamiento hipometilizante puede representar una oportunidad terapéutica para los adenocarcinomas de páncreas.
**Este artículo fue publicado originalmente en La conversación**