Cene alrededor de una mesa hecha de potes de yogur comprimido (New Modern, de Tiptoe), enciéndase con una lámpara hecha de ladrillos de bonitos ladrillos de color rojo anaranjado (Boutures d’objets, de Marin Thuéry) o beba una cerveza en un taburete hecho de grano gastado de cervecería, residuos de los cereales utilizados para su fabricación (En cambio, por Franck Grossel)… Lo que ayer era insospechado, incluso incongruente, ¿no será novedoso, o incluso banal dentro de poco? Es a una visión alegre del futuro, en armonía con el medio ambiente y el planeta, que la exposición «Diseño × Durable × Desirable» del Diseño Francés de VIA (promoción de la innovación en el‘mobiliario), el investigador principal del sector, hasta el 13 de julio, en París.
Una treintena de innovaciones más o menos desaliñadas –de un centenar catalogado entre 2017 y 2019 en Francia que apuntan a un nuevo arte de vida responsable y un mundo más sobrio después– han sido seleccionadas por las comisarias Carolina Tinoco y Nathalie Tinland. La exposición, organizada por el estudio de arquitectura parisino Jakob + MacFarlane, es como un paseo entre estos objetos insólitos, agrupados por islas. “Hemos seleccionado muebles “inteligentes” que han demostrado su función utilitaria y decorativa para dar respuesta a cuestiones importantes, como el ahorro energético y de materias primas”dice Carolina Tinoco, sacerdotisa de un «ecodiseño que no es un hágalo usted mismo ni una utopía».
Las ideas abundan, como tantas formas de curar las heridas del planeta y fomentar la transición ecológica. ¿Cincuenta mil toneladas anuales de residuos que produce la industria salmonera? Aquí está este banco Second Skin (2023), de Baptiste Cotten, en chapa de acero y marquetería de piel de pescado, que da vida al salmón más allá del plato. Miles de puertas en los centros de reciclaje de Francia, ¿consecuencias de la demolición o renovación de edificios? He aquí el escritorio Bupo (2023), de Maximum, que con una antigua puerta de arco de dos pulsadores, prolongada por cuatro patas realizadas a partir de su marco, da sentido a este mueble de obra. ¿Cuatrocientos cincuenta mil volantes de bádminton desechados cada año en Francia? Aquí está la mesa de centro moteada de Constance (2020, editorial Dizy Design), una idea de Thomas Merlin que recicla sus tres componentes: pluma de ganso, plástico y corcho.
«Así como primero compramos tomates orgánicos porque son sabrosos, la gente compra un mueble porque es hermoso y no solo ecológico»advierte Bruce Ribay, cofundador de Noma, una casa nacida en junio de 2019 especialmente para producir muebles eco-responsables, pero diseñados por diseñadores de renombre: A + A Cooren, Charlotte Juillard, Sam Baron…
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