Joseph Kosuth, palabras en acción

Joseph Kosuth, palabras en acción
“Una y tres sillas” (francés), 1965.

En el verano de 1970, en el MoMA de Nueva York, un joven artista de 25 años expuso una silla. Sí, una silla. En la pared, una foto de dicha silla y la definición de la palabra “silla”. No muy lejos de allí, todo tipo de obras de arte sorprenden al visitante de la exposición “Información”. Un artista visual, Vito Acconci, transfirió el correo al MoMA y viene todas las mañanas a recoger sus cartas. Otro, Hans Haacke, entrega cuestionarios a los visitantes preguntándoles si aprueban que Nelson Rockefeller, gobernador del estado de Nueva York y expresidente del MoMA, apoye la guerra de Vietnam. Un poeta, John Giorno, instaló un servicio telefónico en el que solo hay que marcar un número para escuchar una voz recitando poemas al final de la línea.

Joseph Kosuth, autor de la obra denominada Una y tres sillas, un ser hermoso, muy joven, causó sensación. Con altivez asegura que el artista no es un artesano cuyo fino gesto deba ser saludado, sino un intelectual que piensa antes de crear. Es el pequeño genio alborotador, aquel que aún siendo alumno de la Escuela de Artes Visuales se veía a sí mismo como maestro incluso antes de graduarse, el que llamó la atención de Marcel Duchamp, quien ve en él a uno de sus posibles herederos. . Próximamente, partirá hacia el Reino Unido, donde estará cerca del colectivo Art & Language.

Nacido en 1945 en Toledo, Ohio, el artista visual estadounidense dejó su huella en el arte de finales del siglo XX.mi siglo. Con otros miembros de la corriente del arte conceptual, como Lawrence Weiner, hicieron de la palabra la materia misma de sus obras, cuando a los pintores del pasado se les daban poderes o paisajes. Una obra de Kosuth consta de siete marcos contiguos uno al lado del otro. En uno, encendido » Cuadros «. En el otro, » arte «. Después «cuadrado», «palabra», «inglés». Todo lo que vemos está destinado. Lo mismo ocurre cuando imagina un neón con la forma de la palabra “neón”.

Ex Libris, J.-F. Champollion (Figeac), 1991.

En 2009, el Museo del Louvre lo invitó a crear una instalación en su sótano. Sobre muros medievales que datan de Philippe Auguste, Joseph Kosuth escribió, con luces de neón blancas, una docena de aforismos sobre historia, arte, arqueología… En 2012, la obra, Ni apariencia ni ilusión ni apariencia ni ilusión”), se ha vuelto permanente.

La invención de un lenguaje

La carrera de Joseph Kosuth es la mejor respuesta a las críticas que se hacen al arte contemporáneo. Su obra es ciertamente teórica, pero también tiene una gran fuerza visual. Al igual que Lawrence Weiner, los artistas visuales de su generación inventaron un lenguaje, marcado por la sobriedad de la tipografía en particular y que ahora es ampliamente copiado. En cuanto a la crítica contra un arte que estaría en la superficie, Joseph Kosuth también la manda a dar un paseo. De ahí sus exploraciones por el Pacífico Sur y Perú en la década de 1970, cuando, buscando abandonar su visión de artista occidental, se centró en la antropología y forjó vínculos con las poblaciones indígenas.

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By Selesio Gurule Castro

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