La música logra sincronizar (literalmente) los corazones

La música logra sincronizar (literalmente) los corazones

Hay ocasiones en las que la ciencia consigue ofrecer una imagen más que poética. Y el estudio que encabeza esta noticia es, efectivamente, un ejemplo de ello. Es bien sabido que los asistentes a un concierto se emocionan al unísono ante el fluir de las notas. ¿Pero sabían ustedes que, además de eso, también sincronizan literalmente sus corazones? Una investigación publicada este mismo jueves en la revista ‘Scientific Advances’ desvela que la música en directo consigue puede provocar una sincronización de la frecuencia cardíaca y respiratoria, así como de la conductividad eléctrica de la piel de los asistentes.

La investigación, liderada por un panel de expertos de la Universidad de Berna (Suiza), monitorizó la reacción de 132 espectadores a un concierto de música clásica. Para ello se utilizó una pequeña constelación de cámaras aéreas y sensores para observar, desde las alturas del auditorio, los movimientos de las personas ante las notas interpretadas por un quinteto de cuerdas. Asimismo, también pidieron a los participantes que respondieran a una breve encuesta sobre su estado de ánimo antes y después del evento. 

¿El resultado? Según explican los investigadores, liderados por el psicólogo suizo Wolfgang Tschacher, la música puede inducir a una «sincronización de las respuestas físicas» de una audiencia. Esto se puede observar, por ejemplo, con el latido del corazón o la respiración (siendo este último el rasgo que, curiosamente, más se acompasaba en función de la música). Este fenómeno resulta especialmente interesante porque, hasta ahora, casi siempre se había observado en interacciones humanas. En este caso, pues, se demostraría que también es posible sincronizar corazones a partir de un factor externo como unas notas musicales.

Cerebros sincronizados

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No es la primera vez que un estudio muestra cómo la música logra sincronizar a diferentes personas. Hace unos años, por ejemplo, una investigación publicada en la revista ‘NeuroImage’ demostró que durante un concierto también se observa una cierta sincronización entre el cerebro de los músicos y el de los oyentes que están disfrutando de las notas. Esto sugiere que los estímulos auditivos podrían ‘encender’ al unísono un determinado conjunto de neuronas y esto, a su vez, podría provocar una reacción sincronizada. 

¿Y sabían que esto no solo ocurre entre los humanos? Hace tan solo unos meses, otro estudio de la revista ‘Science Advances’ demostraba que las ratas también son capaces de mover sus cabecitas al ritmo de la música. Esto, por un lado, sugiere que la habilidad de sincronizarse con la música no es algo exclusivo de nuestra especie. Y por otro lado, también indica que la capacidad de percibir el ritmo y mover el cuerpo en sincronía con este podría ser inherente a la dinámica neuronal que se conserva en todas las especies.