Siete autonomías se plantean regular la venta de bebidas energéticas a menores de edad, después de que la Xunta de Galicia anunciara la semana pasada que ultima su legislación para convertirse en la primera de España en prohibir estos estimulantes. La medida se recoge en el proyecto de ley sobre la prevención de adicciones en menores, un sector de la población que, según el Ministerio de Sanidad y la Asociación Española de Pediatría, no debería consumir este tipo de productos. Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha, Navarra y el País Vasco prevén estudiar la regulación del consumo de las bebidas energéticas entre los más jóvenes. La Comunidad Valenciana y Castilla y León ya han empezado a abordar la cuestión.
La última encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España (ESTUDES), elaborada por el Ministerio de Sanidad y publicada en 2021, reveló que casi la mitad de los estudiantes habían consumido bebidas energéticas en el último mes, siendo la prevalencia mayor en hombres (50,7%), que en mujeres (39%). Los jóvenes son uno de los grupos poblacionales más expuestos al consumo de estos estimulantes.
La oficina de Salud Mental y Adicciones de la Comunidad Valenciana ha iniciado un estudio sobre este asunto, dado que el 45% de su población joven consume bebidas energéticas. La Generalitat solicitará al Ministerio de Sanidad la convocatoria de un Consejo Interterritorial para abordar el problema de adicción a las bebidas energéticas. Por su parte, el consejero de Sanidad de Castilla y León, Alejandro Vázquez, ha anunciado que su gobierno tomará una decisión cuando se analicen todas las variables.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha advertido de que un consumo regular y excesivo puede suponer un problema para la salud de los consumidores. Lo habitual es que cada lata de estas bebidas contenga 250 mililitros, aunque también las hay de 500. Según la agencia estatal, beber más de 200 mililitros de estas bebidas produce en adolescentes alteraciones del sueño, dado que normalmente contienen 32 miligramos de cafeína por cada 100 mililitros. Mientras, un consumo superior a 500 mililitros causa efectos psicológicos, alteraciones del comportamiento y trastornos cardiovasculares. Estos efectos se suman a los de otros alimentos que también proporcionan cafeína como el café, el té y el chocolate. Un consumo regular en el tiempo puede causar dependencia física moderada. “Cada vez el cuerpo necesitará una mayor cantidad de cafeína”, según explican fuentes de la AESAN a EL PAÍS.
La Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Aragón estudia el diseño de acciones para concienciar a los adolescentes del riesgo que supone el consumo de bebidas energéticas, aunque, de momento, no contempla prohibirlo. Mientras, en el País Vasco evaluarán la venta de estos estimulantes para fomentar un estilo de vida saludable y una alimentación sana en la juventud. Por su parte, la consejería de Salud de Baleares ha indicado a EFE que considera la regulación del consumo y la venta de bebidas energéticas una iniciativa a explorar y valorar.
Fuentes de la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía han informado a EFE de que evalúan las medidas puestas en marcha por otras regiones y han abogado por la defensa de una estrategia de vida saludable y el impulso de un decreto de alimentación.
Sin regulación estatal ni europea
Actualmente, no hay a nivel nacional ni europeo una regulación específica de los ingredientes que pueden contener las bebidas energéticas, ni tampoco de sus concentraciones máximas y de sus posibles combinaciones. Solo es obligatorio incluir un etiquetado que indique el alto contenido en cafeína, “no recomendado para niños y mujeres embarazadas o en período de lactancia”, según indican desde la AESAN. El volumen de cafeína expresado en miligramos también debe incluirse.
Los gobiernos de Cantabria y La Rioja no tienen en marcha ninguna iniciativa, pero no descartan adoptar medidas similares a las de Galicia. Sin embargo, en Madrid, Extremadura y Canarias no tienen previsto adoptar ninguna decisión sobre la venta y el consumo de estos estimulantes, aunque el Servicio Canario de Salud ha insistido en la promoción de hábitos saludables desde la infancia, lo que conlleva que los menores limiten su acceso a los productos azucarados, como son las bebidas energéticas.
El Ministerio de Consumo ha impulsado un proyecto de ley para prohibir la publicidad de bebidas energéticas dirigida al público infantil en base a los perfiles nutricionales desarrollados por la Organización Mundial de la Salud. Además, ha planteado la anulación de la venta de bebidas refrescantes con un alto contenido en cafeína en todos los centros educativos en que se imparta educación infantil y especial, primaria y secundaria, bachillerato y ciclos formativos de grado básico y medio. Pero la tramitación del proyecto se encuentra en suspenso debido a la actual situación en funciones del Gobierno.