El 50% de las mujeres con discapacidad grave han sufrido violencia por parte de su pareja o expareja: una cifra que casi duplica el porcentaje de la población que no tiene ninguna discapacidad. Este es uno de los datos que arroja una encuesta del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) sobre el impacto de la violencia machista sobre las mujeres del colectivo. Según este informe, estas mujeres están diez puntos por encima en las tasas de victimización de distintos tipos de violencias machista: desde los abusos en la infancia hasta el ‘sexting’ pasando por el acoso en el empleo.
Cuanto más limitación tienen las mujeres con discapacidad a la hora de realizar las tareas cotidianas, mayor es la violencia que reciben, ya sea sexual, física o psicológica. Fuera de la pareja, el 30% de las mujeres con disapacidad han sufrido violencia desde los 15 años. Un dato muy por encima del 19% de las mujeres sin discapacidad. Dentro de la pareja, la brecha es aún mayor. El 50% de las mujeres con graves limitaciones que han sufrido violencia por parte de su pareja o expareja es casi el doble de la tasa entre personas sin discapacidad (28%). También registran más acoso: el 35% frente al 19%, y casi duplican la tasa de acoso sexual en el trabajo. Las mujeres con discapacidad llegan al 41,8% frente al 28% del resto.
Una secuela de los abusos
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Este informe también revela que el 55,2% de las mujeres con discapacidad sufrió violencia durante la infancia, una realidad que afectó al 47% de mujeres sin discapacidad. De las que sí tienen discapacidad, el 42% estuvo expuesta a violencia sexual en la infancia, meintras que el 40% ha sufrido acoso sexual en algún momentio de su vida. De hecho, el 23% afirma que su discapacidad es una secuela de la violencia física o sexual que han sufrido por parte de su pareja, el 14% la relaciona con la violencia sexual fuera de la pareja.
Otra encuesta realizada en Madrid este 2023 ahonda en esta realidad. El 73% de las madrileñas con discapacidad han sido expuestas a situaciones de abuso o violencia, el 62% ha sufrido violencia de género y el 38% ha sido violada por su pareja o expareja. Es más: el 11% afirmaba que sufren discapacidad debido a la violencia a la que han sido sometidas.
Denuncias y brecha salarial
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El informe estatal del CERMI también señala que son muy pocas las mujeres dee este colectivo que deciden dar el paso de denunciar. De hecho, aporta datos de tres testimonios de mujeres que relatan que se les denegó la asistencia jurídica gratuita de forma «inexplicable» en la mayoría de casos. También señalan la poca credibilidad que se otorga a estas mujeres, especialmente si tienen algún tipo de discapacidad intelectual. Exponen un caso de una mujer con discapacidad atendida en la fundación Liber que decide no denunciar el acoso sexual del cual es víctma por miedo a perder el trabajo.
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La violencia mahista, y especialmente la sexual, es una de las brechas más grandes que sufren estas mujeres, aunque no la única. También son el eslabón más débil en el mercado laboral. Cobran un 18% menos que las personas sin discapacidad, pero también están un 10% por debajo del sueldo que perciben los hombres con discapacidad. «Tenemos una deuda pendiente con todas estas mujeres, si la situación de las personas con discapacidad es grave, la de las mujeres con discapacidad lo es aún más».
